Para el transporte marítimo de mercancías se acostumbra a utilizar contenedores que pueden ser de diferentes dimensiones, aunque los más utilizados para la carga general son los contenedores cerrados o secos de 20 pies (20’) y de 40 pies (40’). En su interior, las mercancías o productos se estiban en palés, cajas, bidones, etc.
Para el transporte de mercancías perecederas (frutas y verduras, carne, pescado, flores, etc.), que necesitan viajar a una temperatura controlada, existe una amplia gama de contenedores reefer (frigoríficos o isotermos) que ofrecen diferentes prestaciones adaptadas a las particularidades del producto.
Si se trata de líquidos a granel, existen los contenedores cisterna, también denominados tanques, mientras que para la carga seca a granel (cemento, fertilizantes, sal, etc.) está el contenedor granelero.
También existen contenedores sin techo para transportar cargas grandes (cristal, mármol, madera, etc.) y contenedores plataforma, sin paredes, que se utilizan para aquellas mercancías de grandes dimensiones, peso o volumen (maquinaria, cables, bobinas etc.)
Finalmente, podemos encontrar contenedores de gran capacidad, que son de mayor altura, y están indicados para mercancías voluminosas y de poco peso; los contenedores jaula, que se usan en el transporte de animales vivos y el contenedor de automóviles, especialmente diseñado para el transporte de vehículos.